Lucía López, nacida en Archena (Murcia), es autora de literatura infantil y apasionada defensora del poder que tienen los cuentos para transformar, emocionar y enseñar. Desde su infancia ha sentido una conexión especial con los libros, especialmente aquellos que invitan a soñar, imaginar y sentir. Esa fascinación por las historias que despiertan la imaginación y tocan el corazón la ha acompañado a lo largo de su vida, hasta convertirla en el motor de su labor como escritora.

Su género favorito dentro de la literatura infantil son los cuentos que permiten dejar volar la imaginación, ese tesoro tan natural en los niños y que, según sus propias palabras, “no deberíamos olvidar los mayores”. Lucía cree firmemente en que imaginar es una forma de crear, explorar y comprender el mundo desde una perspectiva más libre, creativa y sensible. Por eso, sus relatos están pensados para abrir puertas hacia universos mágicos, pero también para construir puentes hacia el interior de cada niño, ayudándoles a identificar y comprender lo que sienten.

Además, Lucía siente una especial debilidad por los cuentos que abordan la educación emocional, un aspecto fundamental en sus historias. Para ella, conocer y gestionar las emociones desde pequeños no solo favorece el bienestar individual, sino que también mejora la convivencia, fortalece la autoestima y permite formar adultos más empáticos y conscientes. Por eso, sus libros combinan elementos de fantasía con un trasfondo emocional que guía a los niños en la comprensión de sus propias vivencias.

Uno de los pilares que define su trabajo es su lema personal:
“No hay nada más bonito que sacar la sonrisa de un niño.”

Ese es, precisamente, el hilo conductor de todo lo que escribe. Cada historia, cada personaje y cada diálogo busca conectar con los niños desde la alegría, la dulzura y la autenticidad. Lucía escribe para emocionar, pero también para regalar momentos de felicidad y ternura. Cree que una sonrisa es un acto poderoso, capaz de iluminar el día de un niño y de sembrar recuerdos positivos para toda la vida.

En su proceso creativo, Lucía se inspira en las experiencias cotidianas, en la observación del mundo infantil y en el deseo de crear cuentos que sirvan tanto para educar como para disfrutar. Sus historias están pensadas para ser leídas en familia, en el aula o a solas, y están cuidadosamente diseñadas para ofrecer mensajes accesibles, positivos y útiles. La combinación entre imaginación y emociones se convierte así en su sello personal como autora.

A través de sus libros, Lucía quiere fomentar una infancia más libre, consciente y creativa. Sus cuentos son una invitación a explorar el mundo desde la curiosidad, la empatía y la sensibilidad. Cada historia plantea una oportunidad de aprender, no solo sobre lo que ocurre fuera, sino sobre lo que ocurre dentro: sentimientos como la tristeza, la alegría, el enfado, el miedo o el amor aparecen en sus relatos con naturalidad, mostrando a los niños que todas las emociones son válidas y que aprender a gestionarlas es un paso hacia el crecimiento personal.

Aunque se encuentra aún en los primeros capítulos de su trayectoria literaria, Lucía López ya destaca por su enfoque cálido, cercano y profundamente humano. Su estilo combina la belleza del lenguaje con la claridad necesaria para conectar con los más pequeños, y sus cuentos están pensados para ser leídos una y otra vez, dejando huellas emocionales en quienes los descubren.

Con raíces en Murcia, pero con una vocación que trasciende cualquier lugar, Lucía escribe para niños de todo el mundo, con la esperanza de que sus palabras acompañen, alivien, inspiren y, sobre todo, hagan sonreír. Sabe que el impacto de una buena historia puede durar toda la vida, y por eso cuida cada detalle, cada ilustración, cada mensaje.

Lucía López representa una generación de autoras infantiles que no solo escriben cuentos, sino que crean experiencias emocionales y educativas a través de las palabras. Sus relatos no pretenden dar lecciones, sino abrir ventanas al descubrimiento, la autoaceptación y la expresión emocional desde la infancia.

Para ella, escribir es una forma de abrazar a los niños a través de las páginas, de acompañarlos con amor y de recordarles lo maravillosa que puede ser la imaginación cuando se combina con el corazón.