Marta Abril, nacida en Medina de Rioseco (Valladolid), es autora de cuentos infantiles y una firme defensora de la importancia de trabajar las emociones desde la infancia. Su estilo literario está profundamente marcado por el uso de metáforas, un recurso que considera clave para acercar temas complejos como los sentimientos, el valor personal o el bienestar emocional a los más pequeños de forma simbólica, creativa y profundamente significativa.

Desde siempre, Marta ha sentido una fuerte atracción por los relatos que hablan de emociones y sentimientos con belleza, sensibilidad y múltiples capas de interpretación. Los cuentos que la inspiran no son solo historias para entretener, sino herramientas pedagógicas y emocionales, que sirven para guiar, enseñar y acompañar a niños y niñas en su camino de crecimiento interior.

Para ella, las metáforas son puentes entre el lenguaje y el alma. A través de imágenes simbólicas y narrativas cargadas de sentido, logra explicar lo intangible: qué se siente al tener miedo, cómo se gestiona la tristeza, por qué es importante conocerse o cómo se cultiva la gratitud. Cada uno de sus cuentos tiene como base un valor o una emoción, pero no desde la explicación teórica, sino desde la vivencia, el ejemplo y la conexión emocional.

Su lema personal refleja perfectamente su enfoque vital y narrativo:
“Dirígete hacia lo que para ti es importante y valoras.”

Con esta frase como brújula, Marta escribe historias que no solo hablan de emociones, sino que invitan a cada lector a reflexionar sobre sus propios valores, deseos y prioridades. En sus cuentos no hay moralejas cerradas ni respuestas únicas: hay caminos abiertos, preguntas sugeridas y metáforas que cada niño puede interpretar según su mundo interno.

Marta Abril concibe la literatura infantil como un acto de acompañamiento. Sus cuentos están pensados para ser compartidos entre adultos y niños, como espacios de encuentro, conversación y vínculo emocional. Padres, madres, docentes o cuidadores pueden usar sus historias como recursos para abordar momentos de cambio, conflictos emocionales, inseguridades o simplemente para disfrutar de una lectura que deja huella.

Su género favorito, sin lugar a dudas, son los cuentos que utilizan el simbolismo para hablar de lo esencial. En ellos encuentra belleza, profundidad y eficacia pedagógica. Son los que inspiran su propio trabajo como autora, y los que considera fundamentales para una educación emocional real y respetuosa.

Aunque aún se encuentra en las primeras etapas de su camino literario, Marta Abril ya ha definido con claridad su estilo y su intención como escritora: crear cuentos que sirvan de espejo, de refugio y de guía emocional para los más pequeños. Su sensibilidad, su capacidad para conectar con el mundo interno infantil y su amor por el lenguaje la convierten en una voz original y necesaria dentro de la literatura infantil contemporánea.

Cada una de sus historias está construida con cuidado, ternura y sentido. En ellas, los personajes viven emociones reales, enfrentan dilemas cotidianos y descubren herramientas internas para gestionarlos. Marta cree firmemente en que los cuentos pueden ayudar a los niños a nombrar lo que sienten, a entenderse mejor y a crecer con mayor conciencia de sí mismos y de los demás.

Además, considera que los cuentos con metáforas permiten que las historias evolucionen con el lector. Un mismo cuento puede tener un significado diferente según la edad, el momento vital o la experiencia emocional de quien lo lea. Ese carácter flexible, interpretativo y simbólico es lo que más le fascina de este tipo de literatura.

Marta Abril escribe con el corazón, con palabras que abrazan y metáforas que iluminan. Su obra está pensada para acompañar procesos personales, para abrir conversaciones y para sembrar valores como la empatía, la autoestima, la autenticidad y el respeto.

Su compromiso con la educación emocional y con una literatura que transforma no es solo una elección creativa, sino una forma de vida. Porque, como bien expresa su lema, cada paso que damos debe estar guiado por lo que verdaderamente valoramos. Y para ella, esos valores se escriben en forma de cuento.